El otro día por una historia que oí me puse a pensar en este artículo, ya que el término del “clic” ha salvado a varias personas de caer en depresiones, a otras de ser asesinadas y ha mantenido a salvo el ego de muchas otras durante años de años.
No es lo mismo que a usted alguien le diga que no lo quiere por que simplemente no soporta que sea un compulsivo del orden, que oiga salsa las 24 horas del días y que duerma con su perro, a que nada más le digan; creo que NOSOTROS no hacemos clic. La clave siempre es hablar en plural.
El clic es siempre la excusa perfecta para decir que una relación amorosa no funcionó sin tener que dar explicaciones largas y dolorosas, haciendo parecer este rechazo como algo mutuo y compartido.
Hay otras ocasiones en que simplemente no entiende por que no está atraído hacia la otra persona si cumple con todos sus requisitos y es ahí cuando concluye que debe ser por un tema de “clic”.
Un clic por aquí, un clic por allá y todos felices. Usted no es el problema, puede seguir su camino feliz y sin preocupaciones por que de fijo su media naranja va a estar esperándol@ a la vuelta de la esquina.
Si los amigos le preguntan por la persona con la que estaba siendo y no quiere hacerla quedar mal solo mete el tema del clic y ya nadie hace más preguntas, todo clarísimo. No hay clic, nada que hacer.
Definitivamente nuestra vida es mejor desde que alguien decidió inventar este término. El trámite de las rupturas se agiliza y no hay daños permanentes en la autoestima.
Si no sabe cómo terminarle a alguien, rechazar una invitación o contestar uno de esos mensajes forzados, póngase frente al espejo, finja una sonrisa de congoja y repita conmigo las tres palabras mágicas y liberadoras:
NO – HICIMOS – CLIC