Propósitos para no engavetar

 

Cada año cuando de propósitos se trata siempre nos quedamos en un plano demasiado físico; ir al gimnasio, dejar de fumar, tomar menos (jamás dejarlo porque eso si que sería difícil), tener más tiempo de calidad, no comer tantos chocolates y una serie de promesas muy específicas que con suerte ya por ahí de marzo ni solemos recordar.

Creo firmemente que nuestros propósitos deberían ir más allá de restringirnos cosas u obligarnos a hacer otras. Deberían ser propósitos con alma, con un fin, a largo plazo, que nos hagan mejores personas, que cambien sustancialmente nuestra vida, no sólo que nos hagan perder unos kilos o aumenten la masa muscular.

Estarán pensando cómo pu%&/$ son estos propósitos, aquí les dejo aquí unos ejemplos:

Aprender a agradecer: en los momentos de mi vida en que he estado «baja de pilas» o simplemente ando en picos de tristeza o negatividad, he decidido implementar una especie de mantra con el que todas las mañanas apenas abro los ojos aunque no tengo ganas ni de levantarme empiezo a repetir todas las razones por las que agradezco (el vaso medio lleno si lo quieren ver asi) de fijo parezco una loquita pero tanto repetírmelo me ayuda a valorar la cantidad de cosas que tengo que al darlas por sentado a veces menosprecio.

Superar los miedos: esta categoría es demasiado amplia. El año pasado por fin decidí hacer rafting, aunque no lo crean me daba demasiado miedo, ahora no puedo creer cómo viviendo tantos años en este país no me he animado cuando vienen turistas de todas partes del mundo a disfrutar de algo que yo tenía a unos cuantos minutos. También se puede traducir en los sentimientos que nos da miedo enfrentar o a cosas concretas como la independencia, viajar, etc.

Eliminar los odios: claramente no soy una especie de Madre Teresa ni cuento con un nivel espiritual tan elevado, sin embargo aprendí que la vida es muy corta y el odio requiere una cantidad de energía enorme. Hay que aprender a soltar, dejar atrás y en el mejor de los casos perdonar. Admito que algunas personas me caen mal pero me prometí a mi misma que no quiero despediciar un segundo más odiando. No vale la pena y además al odiado(a) casi nunca le importa.

Cumplir lo que promete: vivimos en el país del «de fijo» que el 99% de las veces se refiere a algo que nunca en la vida va a suceder. Por amor a Dios dejemos de ser tan pura pajas, qué cuesta decir «no puedo», «otro día», «pongámonos de acuerdo despés». Lo peor del caso es que nos mentimos a nosotros mismos casi con la misma frecuencia que a los demás. Un exjefe tenía un letrero en el escritorio que decía algo como «yo cumplo lo que digo», me encanta pensar que hay personas que luchan contra este mal de la cultura.

Pasión, pasión, pasión: con este punto no me refiero a una escena de película XXX ni nada por el estilo, más bien es ese sentimiento que nos mueve a vivir intensamente, a poner un sello único a lo que hacemos y quién nos relacionamos. Esa cara de satisfacción con lo que somos.

Hacer cosas por primera vez: amo la frase que dice «cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez», el hacer cosas nuevas nos da una sensación de satisfacción increíble y el ir acumulando nuevas experiencias sin duda alguna nos hace sentir que fue un año productivo.

Pueden sumarle o restarle propósitos pero si estoy segura de que si lleva a cabo varios de estos puntos, otros como dejar el cigarro, hacer más ejercicio y sacar más al perro a pasear van a venir por defecto.

Una respuesta para “Propósitos para no engavetar”

  1. Rebe te felicito super interesante, ojala muchos de los que leamos este articulo pongamos en practica todos estos propositos… te prometo que yo lo hare!!

    Carinos, Marcela

    Le gusta a 1 persona

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s