¿Cuántas veces las circunstancias lo acercan poco a poco a una persona y, entre más la conoce, su pobre e ingenuo corazoncito empieza a latir cada vez más rápido cuando le pasa al frente?
Sí, cada palabra que dice le parece maravillosa, cada mirada puede derretirlo y hasta imagina cómo serían sus hijos. Piensa: “ojalá hereden esa naricita de ratoncita de ella”.
Todo parece tan perfecto y más mágico que pararse frente al castillo de Disney, hasta el día que el objeto de su afecto (la meneca en cuestión) pronuncia las mágicas palabras: “no sé que haría sin un amigo como vos”. Bienvenido al friendzone.
El friendzone es aquella zona en la que nadie quiere estar, más temida que la propia dimensión desconocida. Es ese aterrizaje forzoso al que te obliga la otra persona cuando estabas empezando a “volar en el amor”.
También se puede definir como ese “ubicatex” en el que te dejan saber de manera muy sutil que nunca en la vida, ni al final de todos los tiempos, ni aunque se vuelva loca y no esté en sus cinco sentidos, ni aunque fueran los únicos miembros vivos de la raza humana, tipo Adam y Eva, o los mandaran a una misión especial para poblar Marte, va a poder verlo como algo más que su “amiguis”.
Una vez que se entra a esa zona es casi tan difícil devolverse como un barco del Triángulo de las Bermudas. Casi como dormir una noche en el Monte Everest, hágale números.
Creo que debería echarle tierra y ver para adelante porque posiblemente ignoró varias señales que lo llevaron a este destino.
Hay que dejarse de varas, hay hombres que uno solo ve como amigos, hagan lo que hagan, digan lo que digan. Estaban destinados a ese rol desde el día uno y seguirán así por el resto de la vida.
Esto aplica también para los hombres cuando etiquetan a alguna desgraciada como amiga, pero a lo mejor en alguna borrachera le suelten alguito.
Este tipo de casos perdidos es muy fácil de detectar. Se caracteriza por el síndrome “con todos menos conmigo”, porque la ve que en cada fiesta liga con uno diferente o que ha salido con varios de su círculo. Parece como si todos los hombres del planeta le atrajeran menos usted. Frustración y media.
Otra señal de peligro muy evidente se activa ese temido día en que llega y le comenta sobre otro mae que le gusta, que no le dio pelota o con el que va a salir. Doble puntaje si le pide consejo. Ya para ese momento, además de que bajaron sus niveles de testosterona al máximo, quiero decirle que lleva las de perder en un 95% (le doy un 5% de duda por esa técnica extraña que tienen algunas de picar a la persona que les gusta).
Si va a enamorarse de alguien platónicamente mínimo que sea de una cantante o actriz famosa, no de la maecita que tiene a la par que no le da ni la hora, que solo lo usa para que la pasee, le seque las lágrimas y la acompañe al cine.
Está bien pulsearla, pero hay límites. Así que la próxima vez que todo apunte a que va de caída directo al friendzone, escoja morir con honor, como los soldados, respire hondo y mirando a los ojos a la malagradecida y sin dejarla pronunciar ni media palabra, dígale con la frente en alto: “no sé que haría sin un amiga como vos” y le agrega, como golpe de gracia, “y presentáme a tu hermana, que está muy guapa”.
*Ilustraciones de Free Pik