Permisos que ruega un macho que se respeta (Parte 2)

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En el artículo anterior se analizaron todas las estrategias que los “machos que se respetan” aplican para convencer a su pareja de que los deje ir a cierto tipo de planes. Pero hoy vamos a hablar de PLANES. Sí, estos van en mayúscula, porque son los que significan palabras mayores. 

¿Cuáles son ese tipo de PLANES y porqué afectan tanto a la otra persona?

Ok. Para ir entrando en calor empiezo con los más inofensivos, para luego ir subiendo el grado de intensidad.

El fútbol siempre es todo un tema. Ya sea que lo juegue o que lo vea, pocas veces, o nunca, va a querer que la mujer participe de esta actividad tan masculina.

Si es mejenga con los compas, de fijo escoge el día en la noche que siempre acostumbran a salir y, de una manera inexplicable, casi como un rapto alienígena, termina tomando en un bar hasta tarde. ¿No era una actividad deportiva?

Si es el estadio, va a hacer todo para que no vaya con él, inventando que ningún amigo va a llevar a la novia y explicando que es muy complicado andar cuidando de una mujer en medio de todos esos pachucos. Después, la novia siempre se entera que hubo más de una colada.

Ni hablar de cuando llega Palmares. El tope es sagrado. Puede llevar a la novia a comer churros y manzana escarchada cuando sea. Aprovecha que es un día laboral normal y el día antes pide libre y avisa con tan poco tiempo de reacción que la otra pareja ya no puede faltar al trabajo.  Y una vez que llega, ahí va brincando de toldo en toldo, empujando al cielo como si no hubiese un mañana.

Sin embargo, la pesadilla para las mujeres realmente comienza cuando a alguno de los mejores amigos de él se le ocurre ‘tirar’ anillo. Seguido del “¡acepto!” de la nueva prometida, ya los amigos empiezan a maquinar la despedida, que tiene que superar a todas las anteriores.

Si tiene suerte, va a ser dentro del área de cobertura y va a incluir varios barcillos hasta terminar con unas “malas”. No obstante, en los peores casos es en destinos como Cancún, San Andrés o Las Vegas. Es muy curioso cómo en el tema de las despedidas los hombres se vuelven tan creativos. Ya en este punto lo mejor es rociar al hombre en cuestión con agua bendita y ojalá que lo agarren confesado.

¿Pero qué sucede una vez que ya el PLAN pasó? Existen todo tipo de secuelas: si el susodicho ya es papá, sin importar la goma, desde las 6 a. m. le van a dar al bebé para que juegue con él. Y ojalá diga media palabra para que le contesten con el irónico:  “ah, pero usted quería salir ayer”… O a veces simplemente decide autoflagelarse yendo a actividades que de otra manera no va ni amarrado, mientras que la mujer ofrece una cara de satisfacción que no se cambia por nadie. ¿Y si se fue de viaje? Pues viene lleno de regalos y con la bolsita del duty free, que obviamente no puede faltar. Es lógico que entre más regalos peor se portó…

Ya cuando la tempestad parece haber pasado, este macho es tan macho que a la semana le dice a su pareja: “Amor !qué tal que otro de mis amigos se acaba de comprometer!”.

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