Varios estudios han demostrado que entre un 90 y 95% de nuestras decisiones son emocionales, con esta frase contundente deseo iniciar apoyando al marketing emocional sobre el racional. Si bien el racional muestra datos, descuentos y otros para atraer para ser que en la mayoría de los casos la conexión emocional es la que manda, priorizándose sobre la razón
Además al marketing emocional es que le debemos la compra por impulso que incluso se estimula con algunas técnicas del neuromarketing. Un ejemplo de esto hoy en día son los influencers los cuales deben su gran éxito que va en incremento gracias al fenómeno de las neuronas espejo que propicia un modelo de venta relacional, que se basa en conseguir empatizar con el cliente y que el cliente imite el comportamiento que le está siendo expuesto por el influencer.
Continuando con las comparaciones, a corto plazo, las campañas de marketing racional pueden impulsar decisiones de compra inmediatas, al promover las características, beneficios y funcionalidad de un producto o servicio, persuadiendo al consumidor a través de argumentos lógicos y factuales. A mientras el marketing emocional apela a los sentimientos y experiencias personales, creando un vínculo emocional entre el producto y el consumidor y se basa en temas universales como el amor, el odio, la gratitud, la diversión, la tristeza, el enojo, etc. A pesar de que ambos enfoques tienen su efectividad, el marketing emocional siempre llama más la atención en especial a largo plazo porque tiene más recordación y posicionamiento al fomentar la lealtad y el compromiso del cliente.


Estos dos casos nos muestran como lo emocional perdura en nuestra mente y lo racional es más efímero.
Referencias
Artblau. (s. f.). “El 90 por ciento de las decisiones que tomamos es emocional”. cambramallorca.com.https://www.cambramallorca.com/noticias/5208/legal.html#:~:text=En%20este%20sentido%2C%20el%20hallazgo,toma%20de%20decisiones%20es%20emocional.
